La fotografía y los retratos son el
matrimonio ideal, al menos mientras conviven pacíficamente dentro de los
límites del encuadre.
Las poses, las miradas, los gestos y las
sensaciones que éste tipo de fotografías son capaces de transmitir se
ven fácilmente amenazadas por descuidos u errores que pueden ponerle fin
a esta apasionante convivencia.
El problema surge cuando, más confiados
por obtener la fotografía final que tienes en tu mente que por trabajar
para lograrla, pasas por alto ciertos detalles que pueden terminar
llevando al divorcio a esta magnífica unión.
Es por ello que en el artículo de hoy te
he preparado una lista de los errores más frecuentes de la fotografía
de retratos para que, la próxima vez que te dispongas a tomarlos, no
hagas tambalear esta hermosa relación.
Presta atención a los siguientes errores
de modo de que no los cometas en el futuro cercano y fíjate en la
importancia de no hacerlo, apreciando las hermosas fotografías que han
podido sortearlos con éxito:
1. Pasar por alto los fondos:
No importa cuán profesional sea tu modelo y las espectaculares poses
que haga para ti si algún elemento del encuadre le quita protagonismo.
Pasar por alto el fondo en tus fotografías de retratos puede ser un
error garrafal. Intenta minimizar o eliminar del encuadre todos aquellos
elementos que puedan llegar a distraer a la mirada del espectador de tu
protagonista. Cuanto mayor contrate el modelo con el fondo, la atención se centrará más en éste. Intenta utilizar aperturas de diafragma grandes (mayor desenfoque) o fondos lisos o uniformes.
2. Solo concentrarte en las fotos:
en la fotografía de retratos, la interacción entre el modelo y el
fotógrafo lo es todo, incluso más que las fotografías resultantes. Si no
logras conectar con tu modelo, tus fotografías de retrato lo padecerán.
Es muy importante que te esfuerces por hacer sentir a tus modelos
cómodos, tranquilos y confiados. Si notas que tu modelo está un poco
tenso, intenta hablar con él y darle confianza, o bien, acércale algún
objeto u elemento con el que éste pueda interactuar de modo de que se
sienta más tranquilo y se “olvide” de que tu estas allí retratándolo. De
este modo, tus fotos no solo saldrán más naturales, sino que la
experiencia de trabajar contigo será más agradable.
3. No trabajar los colores: los colores son otro importante elemento compositivo que no puedes pasar por alto a la hora de trabajar con tus modelos. Éstos pueden ayudarte
a que tu modelo gane fuerza o por el contrario, si los pasas por alto,
la pierda. Utiliza los colores para contrastar a tu modelo y resaltar de
este modo sus poses. Si estás haciendo tus fotos en un parque, intenta
contrastar con tonalidades azules el verde césped o bien, si lo que
quieres es hacer que se pierda entre estos, prueba con colocarle un
vestido verde de modo de resaltar algún rasgo en particular, su mirada,
etc. Haz la prueba, los resultados te sorprenderán.
4. Romper las reglas: si bien la regla de los tercios
es una regla que está para romperse, en la fotografía de retratos
quizás sea mejor dejarla intacta. Colocar a tu modelo en el centro del
encuadre le quitará expresión y sorpresa a la fotografía. Sitúalo en los
puntos de mayor atracción dentro del marco de modo de potenciar las
sensaciones que trasmite en cada una de sus poses. Romper las reglas es todo un arte, pero respetarlas también lo es.
5. No cortar cabezas:
no te preocupes que no irás preso. Una forma muy efectiva para generar
cierta tensión en tus retratos es cortando parte de la cabeza dejando
que la atención se centre en los aspectos más llamativos del rostro.
Recorta ligeramente por encima de la frente y centra la mirada en los
ojos. Anímate, ponte a cortar cabezas.
6. Perderte los detalles: en una fotografía de retratos, no siempre tiene que salir el modelo completo dentro del encuadre, ya que hay ciertos detalles
que ameritan que te concentres en ellos ¡No los pases por alto! En la
medida que te acerques a tu modelo, utilizando un primerísimo primer
plano o un plano de detalle, podrás centrar la atención en ese elemento
tan llamativo y característico de tu sujeto, ya sean sus labios, su
nariz o sus ojos, o cualquier otro rasgo que merezca ser retratado. Eso
sí, ten cuidado de no añadir elementos que distraigan la mirada o no
aporten nada a la fotografía. Mantente simple.
7. Dejarlos ciegos: la
luz directa sobre los ojos es muy molesta por lo que intenta a toda
costa no enceguecer a tus modelos. Ya sea con el uso de un flash, un
foco o un reflector, procura que la luz no le fuerce a entrecerrar los
ojos ya que de este modo, no podrá estar cómodo y lucir natural. Si aún
no dominas tu flash, no te preocupes aquí está “Todo lo que Necesitas Saber Sobre el Flash Para Fotografía de Retrato”.
Si bien es cierto que cuanta más luz mejor, esto no siempre es así. Lo
importante es utilizar la luz necesaria para poder lograr las tomas que
tienes en tu mente.
8. No enfocar la mirada:
la mirada del modelo actúa como un imán para el espectador por lo que,
si no salen completamente enfocados, pueden arruinar tus tomas. Ten en
cuenta que, la mirada concentra su atención en aquellos objetos u
sujetos enfocados y si bien es cierto que no siempre es necesario que
los ojos salgan completamente nítidos, sobre todo si intentas dirigir la
mirada del espectador hacia otro punto como puede ser la boca del
modelo, si la mirada está visible, atraerá la atención del espectador
directamente. La mirada trasmite muchísimas sensaciones por lo que te re
comiendo que no las arruines. Presta especial atención a este pequeño
detalle, especialmente cuando trabajes con muy poca profundidad de campo (aperturas de diafragma muy grandes: f/1.4, f/1.8, etc.).
9. No buscar la perfección:
si algo en la toma no te ha convencido no lo dejes pasar por alto ya
que, en la fotografía de retrato, ese detalle puede marcar la
diferencia. Ya sea un mechón de pelo en la cara de tu modelo o un
detalle del fondo fuera de lugar, intenta corregirlo, pero sin cortar la
dinámica de la toma ni interrumpir al modelo. Todo debe de parecer
natural, incluso los errores.
10. No cambiar la perspectiva:
si bien es muy común, al utilizar un determinado plano, ponerse a la
altura de los ojos del protagonista, esto no quita que puedas salirte un
poco del libreto y anímate a cambiar la perspectiva en tus composiciones. Anímate, veras que los resultados son sorprendentes y fuera de lo común!
11. Revisar las fotografías constantemente:
estar constantemente revisando como han salido las fotografías no solo
le quitara dinamismo a la sesión sino que además, trasmitirá la
sensación de que no estás muy seguro haciendo tu trabajo. Realiza una correcta medición y exposición y verifica el encuadre
con una primer toma de prueba (explícale al modelo que esa toma es de
prueba), revisa la fotografía para ver que todo este correctamente
ajustado, pero quítate el mal hábito de estar constantemente haciéndolo.
Debes evitar todo tipo de práctica que atente contra el dinamismo de la
sesión de fotografías de retrato ya que, cuanto más dinámicas sean tus
sesiones, mejor fluirá la inspiración para ambas partes: el modelo y tú
mismo. Evita todo tipo de obstáculos que puedan llegar a interrumpirla.
12. Retratar solo su cuerpo (y no su esencia):
la fotografía de retratos no solo se limita a retratar los rostros o
las curvas de las modelos, sino todo lo contrario. Los retratos que
mayor impacto causan son aquellos que logran capturar y transmitir la
esencia de la persona que está siendo fotografiada. La dirección de la
mirada, la expresión de su rostro y sus gestos, la posición de su
brazos, la apertura de su boca, el peinado, etc. son un montón de
elementos que te ayudaran a potenciar los sentimientos y mensajes que
tus retratos deben llevar implícitos. Después de todo, la fotografía sin
mensaje es solo una imagen. Existen varias formas para capturar las
emociones, aquí te dejo algunas de ellas: “Trucos Para Llenar Una Foto de Emoción”.
13. No buscar inspiración:
no buscar inspiración antes de una sesión de fotos es como salir a
correr sin hacer el calentamiento previo. La inspiración para un
fotógrafo de retrato es tan importante como su capacidad para
improvisar, de hecho, es una excelente forma para potenciar la
imaginación y para permitirte trabajar libremente: cuanto mayor tiempo
planees tus tomas y lo que buscas con ellas, mayor tiempo podrás
dedicarle a lo que mejor sabes: tomar fotos. Busca referencias acerca de
cómo otros fotógrafos han realizado el mismo o un trabajo similar al
que estas por comenzar tú. La búsqueda de inspiración es la parte más
importante de la preparación, no la pases por alto.
14. Ser solo el fotógrafo:
tú trabajo como retratista no se limita a oprimir solo el disparador de
tu cámara sino que va mucho más allá, debes de convertirte en el
director de toda la escena. Toma las riendas de la producción y
preocúpate por sacar lo mejor de todas las personas que tengas a tu
alrededor. Mantener un ambiente cómodo y agradable a la hora de trabajar
aumentará las posibilidades de que el resultado final sea un éxito.
15. No ser tú mismo: el
peor que puedes cometer siendo un fotógrafo es: dejar de ser tú mismo.
No importa cuántos trucos, consejos y técnicas adquieras, cuantos
trabajos de otros colegas estudies, cuántos libros leas ni cuantas
fotografías hayas tomado si, después de todo eso, no sientes que tu
impronta ha quedado plasmada en tus fotografías. Anímate a explotar los
lugares más recónditos dentro de tu imaginación y a dejar que tu
creatividad aflore. No tengas miedo, experimenta, prueba, echa a perder
fotos, pero nunca dejes de divertirte. Eres un fotógrafo increíble, solo
falta que te des cuenta.
Si nunca dejas de ser tú mismo, el matrimonio fotografía y retrato, habrá obtenido a su querido padrino!
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